Alexandra, ¿qué clase de reto se le presentaba a su cliente?
El cliente deseaba ofrecer interpretación en cuatro lenguas (inglés, francés, español e italiano) en varios talleres, siendo que podría haber hasta nueve talleres simultáneos, cada uno de ellos con diferentes necesidades de interpretación. A esta situación, de por sí compleja, debe sumarse el tamaño del evento y la cantidad de participantes, por lo que hubo que recurrir a una solución técnica innovadora. ¡Resultaría imposible distribuir 37 000 receptores todos los días y recogerlos al final de la jornada para recargarlos todas las noches! Además, el presupuesto era otro factor que tener en cuenta. Si bien la Iglesia Católica suele utilizar los servicios de intérpretes voluntarios, en esta ocasión, conscientes de la importancia del evento, decidieron contratar intérpretes de conferencia profesionales, utilizando su presupuesto de manera óptima.
¿Por qué la escogieron a usted como proveedora?
Se me adjudicó el contrato a través de un proceso competitivo que comenzó en el 2015. Creo que los organizadores tomaron en cuenta tres factores centrales a la hora de decidir. Primero, soy intérprete asesora, por lo que cuento con conocimiento profundo y práctico respecto de la conformación de equipos de intérpretes multilingües. En segundo lugar, muchos de los temas que iban a tratarse en el WMOF eran de índole teológica y su lista de oradores incluía obispos, arzobispos y cardenales. Me percaté desde un principio de que, para identificarse con los temas y entenderlos bien, era necesario que los intérpretes fuesen de tradición católica. No es muy común que, para poder interpretar en una conferencia, sea necesario haber tomado clases de catequesis. Sin embargo, en este caso, era justamente ese tipo de conocimiento el que necesitaba yo que tuvieran mis intérpretes. En tercera instancia, debido al tema de la conferencia, me cercioré de que todos los intérpretes trabajaran únicamente a su lengua materna y que no se utilizara relé. Aunque se tenga un dominio sobresaliente de una segunda lengua, no siempre se sabe recitar el “Padre Nuestro” u otras oraciones eucarísticas en dicho idioma. Cualquier equivocación al formularlas puede hacer que el oyente pierda confianza en el intérprete.
¿Cómo enfrentó usted este reto?
En los casi 15 años que llevo trabajando como intérprete consultora he acumulado una experiencia muy valiosa en la organización de eventos de todo tipo y tamaño. Con todo, cada evento es único, por lo que mi objetivo es siempre ofrecer una solución a la medida, teniendo presentes tanto las solicitudes del cliente como las diversas limitaciones logísticas.
Mi planteamiento es sencillo: optimizar el presupuesto sin sacrificar la calidad. Para ello, seleccioné a intérpretes de Irlanda, que aportaron su conocimiento de los acentos, topónimos y contexto locales; a intérpretes de España que trabajan en eventos religiosos a menudo; y a intérpretes de Roma, con mucha experiencia en eventos del Vaticano, entre otros. Si bien, en su gran mayoría, la interpretación se hizo del inglés a las demás lenguas, en varias sesiones hubo necesidad de interpretar también al inglés. Para ello, contraté intérpretes con dos lenguas maternas, que pudieran interpretar también al inglés, obviando así la necesidad de reclutar más intérpretes de cabina inglesa para dichas reuniones cortas.
Al final, ¿cuál fue la solución y cómo la puso en marcha?
Contraté un equipo de 35 intérpretes, a quienes asigné distintas sesiones diarias, y nombré un jefe de equipo experimentado para cada sesión. La asignación cuidadosa de los intérpretes, teniendo presente tanto la distancia entre los salones como las combinaciones lingüísticas, permitió reducir al mínimo el número de intérpretes. Mi toque personal se reflejó en el hecho de que conozco muy bien a mis intérpretes, de manera que pude decidir quiénes eran los más adecuados para cada taller. Por ejemplo, asigné una intérprete mexicana al taller sobre la realidad mexicana; y una intérprete que escribe un blog sobre cocina a un taller con un sacerdote-chef. La flexibilidad estuvo al orden del día ante la necesidad de adaptarnos a cambios de último momento en las combinaciones de idiomas y los horarios de las sesiones. Para evitar contratiempos, di instrucciones minuciosas a los intérpretes sobre cómo prepararse para la conferencia, temas de seguridad, alojamiento y preparativos para el viaje.
Con una lista de más de 200 oradores, les resultaba difícil a los organizadores proporcionar a los intérpretes las presentaciones de todos los ponentes para cada una de las sesiones. Por lo tanto, la preparación específica de los intérpretes fue clave, pese a que todos contaban con experiencia en eventos católicos. Les sugerí, con bastante antelación, que estudiaran la Amoris Laetitia (Alegría del Amor), la exhortación del Papa Francisco sobre el amor, el matrimonio y la familia, que serviría de base para los debates. Una de las intérpretes preparó un cuadro comparativo de la Amoris Laetitia en cuatro idiomas y lo compartió con el equipo, lo que permitió a los intérpretes una mayor agilidad a la hora de buscar citas durante los discursos.
Como dije, fue necesario encontrar una solución técnica innovadora. Otro elemento importante para el éxito del evento fue la comunicación con los técnicos de sonido a cargo de los equipos. La autoridad de radiodifusión de Irlanda (BAI) otorgó el uso de 14 radiofrecuencias durante toda la conferencia. Cada frecuencia se utilizó para trasmitir la interpretación de un salón determinado en una lengua en particular. Para escuchar la interpretación, los asistentes utilizaron radios pequeñas.
¿Qué beneficios obtuvo su cliente gracias a su trabajo?
En primer lugar, los feligreses recibieron una interpretación precisa y de alta calidad, dado que contraté únicamente intérpretes de conferencias profesionales con experiencia en eventos religiosos, que trabajaron a su lengua materna sin utilizar relé.
Segundo, por contar con un equipo bien escogido y flexible, el cliente se benefició de una buena relación calidad-precio, al maximizarse su presupuesto.
Tercero, no hubo inconvenientes logísticos, gracias a una planificación meticulosa y a la atención a los detalles. Por ejemplo, el fin de semana anterior al evento, yo misma hice el recorrido en autobús desde el hotel de los intérpretes hasta el centro de conferencias con el fin de verificar los puntos de acceso y las medidas de seguridad. Incluso le pregunté al chofer del autobús cómo consideraba que estaría el tráfico durante la conferencia.
La atención a los detalles insume tiempo, pero es lo que nos diferencia como proveedores. Al igual que todos los miembros de Calliope, ofrezco servicios de interpretación de forma personalizada, con una planificación minuciosa y a la medida.
¡Felicitaciones, Alexandra!
Alexandra cerró la semana de una forma inesperada cuando se le pidió que interpretara las palabras de una familia de Burkina Faso para el Papa y los 80 000 espectadores congregados en el estadio Croke Park.
Calliope-Interpreters es una red mundial de intérpretes consultores que pueden ofrecerle la asesoría y los conocimientos necesarios para garantizar que su próximo evento multilingüe sea todo un éxito. Contáctenos para que hablemos del servicio de interpretación que necesita.