Todos los miembros de la red Calliope están conscientes de los temas ambientales por lo que, hace ya varios años, aprobaron por unanimidad una política de compensación de las emisiones de carbono de los intérpretes.
En el 2018, decidimos realizar nuestra donación a One Tree Planted para contribuir a la reforestación de California tras los terribles incendios de aquel verano. Luego, en el 2019, escogimos patrocinar la plantación de árboles en la Mata Atlántica de Brasil, devastada por la deforestación.
Sin embargo, en marzo de 2020, al irrumpir la pandemia del nuevo coronavirus, las conferencias internacionales se suspendieron de pronto. Como consecuencia, se cancelaron también todos los viajes que emprendían los intérpretes para brindar sus servicios. Hasta ese entonces, utilizábamos la información de dichos viajes para calcular nuestra huella de carbono y compensarla.
¿Qué hicimos ante esta situación?
El impacto inmediato de la pandemia no nos dejó alternativa. A fin de seguir atendiendo a nuestros clientes y ofreciéndoles soluciones lingüísticas, nos adentramos en el mundo de la interpretación a distancia.
Esta modalidad de interpretación se lleva a cabo a través de plataformas de videoconferencia y dispositivos electrónicos de última generación. Para cumplir con los requerimientos técnicos de este nuevo sistema, nos vimos obligados a adquirir computadoras potentes, con procesadores de nivel i7 o superior, cámaras web de alta calidad, micrófonos adecuados para estudios de grabación, además de sistemas redundantes, como medida de seguridad en caso de apagón o falla. Terminamos con numerosos dispositivos y consumiendo una gran cantidad de datos al utilizar dichas plataformas virtuales.
Hemos empezado a entender que lo virtual no es ambientalmente neutro. Todo lo contrario. La fabricación de estos dispositivos insume recursos raros, mientras que su utilización consume mucha energía. Además, desecharlos se convierte en un problema.
En Calliope hemos repensado nuestro proceder con el fin de actuar de la forma más responsable posible.
En primer lugar, como en años anteriores, seguimos aportando a una causa ambiental. Dado que no teníamos base de cálculo para el año 2020, por haber sido un período excepcional, decidimos mantener el mismo nivel de contribución que en el 2019. Seguimos con la misma organización y, esta vez, efectuamos una donación para sembrar árboles para los chimpancés de Uganda. Se trata de una iniciativa conjunta de la organización One Tree Planted y del Instituto Jane Goodall para proteger la fauna y flora silvestres.
De hecho, nos consta que la deforestación se ha intensificado más que nunca en el 2020, principalmente en los bosques de las regiones tropicales clave, en especial los de la Amazonía, el Congo y el sudeste de Asia –bosques estos que desempeñan un papel esencial en la conservación de la biodiversidad y la captura de carbono. La superficie de bosque virgen destruida el año pasado equivale al territorio de los Países Bajos.
De forma paralela, hemos lanzado una serie de consejos prácticos para hacer un uso razonable de los dispositivos electrónicos. La misma está dirigida a clientes, proveedores y a los intérpretes de nuestros equipos.
El teletrabajo también contamina y todos producimos una huella de carbono digital. Por ello, seamos ciudadanos responsables. Es urgente tomar medidas en pos del planeta, sea cual sea nuestra profesión.