Como es natural, los organizadores locales quisieron dar al Congreso la máxima difusión posible entre los arquitectos del país y entre sus primeras decisiones estuvo la de disponer de interpretación simultánea inglés-turco en quince salas, además de en las dos sesiones plenarias en las que el régimen lingüístico sería de cinco idiomas: los cuatro oficiales de la UIA (inglés, francés, español y ruso), más el turco. Esta decisión planteaba un enorme desafío ya que había que encontrar intérpretes profesionales en un país en el que, por su insularidad lingüística, la Asociación Internacional de Interpretes de Conferencia (AIIC) contaba con escasos miembros.
Turquía se asemeja a otros países en el sentido de que cualquiera puede autoproclamarse intérprete. Siendo así, se imponía recurrir a nuestra red mundial Calliope para conseguir las imprescindibles referencias. Hablé con algunos colegas que ya habían montado equipos en Turquía o que estaban estudiando turco y conocían a los intérpretes locales y, por supuesto, me puse en contacto con los miembros de AIIC residentes en la región. Realicé largas búsquedas en Internet hasta encontrar una asociación de intérpretes turcos llamada BKTD y otros tres grupos de profesionales con experiencia. Observé que recurrían a criterios semejantes a los que tenemos en Calliope, es decir que cada grupo aplicaba normas muy estrictas para la admisión de intérpretes, un código deontológico y un enfoque profesional. Además, varios intérpretes locales ya habían demostrado interés por AIIC y, a decir verdad, desde entonces la mayoría ha pasado a formar parte de la Asociación.
Más de un año dedicado a la organización y planificación
Mis preparativos comenzaron con más de un año de antelación a las fechas de celebración del congreso. Me trasladé a Estambul para conocer a los miembros del Comité Organizador y comprobar los requisitos lingüísticos de la reunión. Asimismo, inspeccioné las salas y las cabinas de interpretación y gracias a la experiencia acumulada tras cuatro congresos de la UIA, pude formular algunas sugerencias prácticas. Para asegurarme de que todos los intérpretes tuvieran el perfil requerido, exigí un breve currículo. Como uno de los sectores de la Asociación, el Sector del Mercado Privado, celebró una reunión en Estambul en el mes de enero de 2005, aproveché la oportunidad para escuchar en directo a varios colegas turcos. Hablé con mis contactos en Turquía para comprobar las combinaciones lingüísticas, los campos de especialización y experiencia profesional de cada uno y, desde luego, las afinidades personales – cuestión esencial si se pretende que un equipo de 60 intérpretes funcione con armonía y ofrezca sistemáticamente prestaciones de calidad. Mientras esto se producía, no descuidé la necesidad de localizar intérpretes del entorno europeo para cubrir los idiomas con escasa presencia en Turquía: francés, castellano y ruso.
Nada mejor que conocer a fondo las costumbres locales
Para garantizar el mejor resultado posible le pedí a un colega turco que me ayudara a gestionar el equipo. Su habilidad mediando en mi nombre con los intérpretes o con los organizadores locales, o sus glosas como iniciado en las claves de ciertas actitudes o comportamientos, me resultaron invalorables. Sus buenos consejos sobre el mejor modo de conseguir que las cosas se hicieran fueron providenciales. En Turquía, como donde fueres, haz lo que vieres…
Las mismas normas fundamentales son de aplicación en cualquier congreso mundial. En Estambul tuvimos que modificar las asignaciones de los intérpretes para adaptarnos a los modificaciones de último minuto que se realizaron en el programa. Para ello resulta muy útil nombrar a un jefe de equipo en cada sala que se convierte en el interlocutor de los organizadores. Además tuvimos que lidiar con imprevistos de última hora como oradores no incluidos en el programa inicial y que hablaban idiomas no oficiales como italiano, portugués y azerí.Ser reactivo y poder ofrecer soluciones como por arte de magia forma parte de nuestro trabajo.
¿Qué conclusiones se puede extraer de esta aventura? Que incluso en un país remoto, se puede componer un equipo de intérpretes de calidad, siempre y cuando se proceda con las cautelas necesarias para garantizar la presencia de profesionales experimentados, responsables y fiables; y en la medida en que se recurra a las valiosísimas competencias locales aplicando las reglas de organización habituales en congresos de esta magnitud y se esté preparado para efectuar cambios de última hora y gestionar retos inesperados.
Sea como fuere, fue un placer constatar que el congreso fue todo un éxito y saber que tanto mi equipo como yo misma aportamos nuestro granito de arena para que así fuera. No puedo concluir sin rendir tributo a nuestros colegas de Estambul por su actitud profesional solidaria y por la calidad de su trabajo.